jueves, 8 de julio de 2010

Ejemplo de una unidad de antropología basada en Alive


SINOPSIS: Basada en una historia real, “Alive” narra la terrible experiencia de un grupo de jugadores del equipo nacional de rugby de Uruguay cuyo avión se estrelló en medio de los Andes en octubre de 1972. Aislados completamente, los días pasaban sin que nadie viniera a rescatarles, por lo que se vieron obligados a recurrir al canibalismo, comiéndose la carne de los compañeros fallecidos, mientras los más fuertes preparaban un viaje desesperado a través de las montañas. Las cifras de los hechos: sobrevivieron 16 personas. Murieron 29. Estuvieron 72 días aislados en los Andes (desde el 13 octubre hasta el 22 de diciembre de 1972). Soportaron temperaturas de hasta -40º C. Los nombres de los dos supervivientes que consiguieron cruzar las montañas son Nando Parrado (interpretado en la película por Ethan Hawke) y Roberto Canessa (Josh Hamilton). Un año después del suceso, en 1974, se editó el libro “Alive: The Story of the Andes Survivors”, del escritor británico Piers Paul Read, base de la película. Dirigida por Frank Marshall y kathlen Kennedy. Protagonizada por Ehan Hawk que representa a Fernando Parrado, superviviente y asesor de la película.

¡Viven! La tragedia de los Andes, Piers Paul Read, Noguer, Barcelona 1974. Fragmentos.

- "Es como la sagrada comunión. Cuando Cristo murió nos entregó su cuerpo para que tuviéramos una vida espiritual. mi amigo me entrega su cuerpo para darme la vida física" (Fito Strauch, 85).

- Pedro Algorta, todavía enterrado en la Nieve, sólo disponía del aire que contenían sus pulmones. Se sentía cerca de la muerte y, al saber que después de muerte su cuerpo ayudaría a sobrevivir a los demás, lo dejó sumido en una especie de éxtasis. Entonces desapareció la nieve de su rostro (120).

- Puedes hacerlo duro, Dios pero no imposible (Conessa, 258).

- Oh, Dios, rezaba de nuevo. ¿Pruébanos hasta el límite de nuestras fuerzas, pero, por favor, permítenos continuar! ¡Por favor, que haya un paso al lado del río! (Conessa, 263).

- Cualquier duda que pudiera tener sobre la moralidad de lo que habían hecho, quedaba disipada por el espíritu sensato y religioso con que habían tomado la decisión. Los dos le cortaron lo que Algorta había dicho cuando cortaron la carne del primer cuerpo y mientras el jesuita descartaba cualquier relación entre el canibalismo y la comunión; como otros lo habían estado, por el espíritu piadoso que se había puesto de manifiesto en el acto (343).

- Cuando uno se despierta por la mañana entre el silencio de las montañas y ve a su alrededor los picos cubiertos de nieve -algo majestuoso, sensacional, algo que asusta- uno se siente solo, solo, solo en el mundo excepto por la presencia de Dios. Porque les puedo asegurar que Dios estaba allí. Todos lo sentimos en nuestro interior y no porque seamos jóvenes piadosos que están rezando durante todo el día, aunque tenemos una educación religiosa. De ninguna manera. Pero allí uno siente la presencia de Dios, uno siente, por encima de todo, lo que se llama la mano de Dios, y se permite a sí mismo ser guiado por ella... Y cuando llegó el momento en que no nos quedaron más alimentos, o cosa parecida, pensamos que si Jesús en la Última Cena compartió su carne y su sangre con los apóstoles, fue como la señal de que deberíamos hacer lo mismo: tomar la carne y la sangre como una comunión íntima entre nosotros. Esto fue lo que nos ayudó a sobrevivir, y ahora no queremos que esto, que nosotros fue algo íntimo, sea mirado o tocado, o cualquier cosa como esa. En un país extranjero tratamos de explicar la cuestión de una forma tan espiritual como fuera posible, y ahora se lo decimos a ustedes, nuestros compatriotas, tal como sucedió (Delgado, 355).

- Por otra parte la Iglesia no compartía el punto de vista expresado por Delgado en la conferencia de prensa: que comer la carne de sus amigos equivalía a tomar la comunión. Cuando le preguntaron a Monseñor Rubio que si el rechazar el comer carne humana podía interpretarse como una forma de suicidio, contestó: "De ninguna forma podría dársele este interpretación, pero tampoco el uso del término comunión era correct. Se puede decir que es un concepto cuando usa el término como una forma de inspiración (358).

- (Las madres) explicaban el asunto de la antropofagia basándose en la tesis del maná que había caído del cielo sobre el desierto del Sinaí que consideraban un eufemismo de la inpiración que Dios les había dado a los judíos para que comiesen a sus muertos (362).

- He venido aquí con mi familia porque queríamos ver a los que han sido amigos de mi hijo y porque, sinceramente, nos sentimos felices de que se encuentren entre nosotros. Es más, estamos contentos de que fueran cuarenta y cinco porque esto ayudó a dieciséis a regresar. También quiero añadir que yo supe desde un primer momento lo que ha sido confirmado hoy. Como médico comprendí al momento que nadie hubiera podido sobrevivir en tal lugar en tales condiciones sin recurrir a decisiones valerosas. Ahora tengo la confirmación de los sucedido, repito: gracias a Dios que había cuarenta y cinco porque así dieciséis familias han recobrado a sus muchachos (362).



GUIÓN

UNA LECCIÓN ANTROPOLÓGICA*

Zoôn lègein exôn

ARISTÓTELES

[Alternativo a "Viven!", texto del capítulo introductorio a Caníbales y Reyes de Marvin Harris, y capítulos relacionados con el canibalismo del mismo libro].

1. Introducción

Uno de los aspectos de la antropología del hombre se centra en el intento de compreder el binomio naturaleza-cultura. Binomio que tiene como base sustentativa la tensión entre individuo y género.

El texto de Harris trae a colación que el desarrollo biológico del hombre deja de ser en un momento un caso del género animal hombre y toma formas variadas: se sustituye la evolución por la Historia, y además no por una historia, sino por muchas historias.

Tratar de desarrollar los conceptos de NATURALEZA-CULTURA desde su oposición contrapuesta a su identidad. Para el hombre la cultura es natural. Su capacidad instintiva es extraordinariamente plástica de manera que nace en la pura indeterminación natural (las manos), en estado indefenso, y su crecimiento es un proceso de SOCIALIZACIÓN-CULTURIZACIÓN.

Mostrar el absurdo de la abstracción russoniana-hobbesiana del ESTADO DE NATURALEZA.

PUNTO DE LLEGADA: Lo que el hombre es lo encontramos en la historia de las culturas y sistemas de orgacización social. La respuesta por la pregunta sobre la naturaleza humana unívoca es múltiple y responde a la pluralidad de las culturas.

¿Qué cuestiones importantes plantea a la antropología el binomio de conceptos naturaleza-cultura? Básicamente dos.

1. La evolución u hominización. La única huella que tenemos de la evolución, del salto al homo erectus, es la corporalidad humana. El análisis antropológico-funcional de el cuerpo responde a la pregunta por la hominización.

2. La investidura de significado cultural de la satisfacción de los instintos naturales. Aunque tanto el instinto de conservación como el de reproducción son absolutamente pertinentes nos centraremos en el análisis del significado cultural de la satisfacción de la necesidad nutritiva.

Una de las apiraciones últimas de la antropología es la investigación del significado tanto teórico como práctico de la NATURALEZA HUMANA. En esta investigación no sólo se juega la unidad de su objeto sino que de el valor que se asigne a la naturaleza dependen cuestiones tan primodiales como los derechos humanos o los valores que sustentan las constituciones políticas de los estados. Pero hemos dicho que la respuesta a estas preguntas es cultural, y por tanto trataremos de acercarnos a través de las manifestaciones de las civilizaciones. Cualquiera puede objetar que el significado que asignemos a la satisfacción de una necesidad natural es un intento de elevarnos por encima del tiempo y la cultura, y dar con una especie de metafísica del hombre. La misma objeción permenece en el corazón de la teoría antropológica desde sus comienzos, y bien podría responderse que tal contradicción la anima y sustenta. En cualquier caso podría decirse que tal asignación es otra respuesta cultural en el seno de una sociedad -la occidental- que ha hecho crecer institucionalmente la posibilidad de tal ciencia. Tal respuesta no es etnocentrista sino reveladora de un hecho. La verdadera cuestión que paraliza el discurso es la denuncia culturalista a la ciencia antropológica: el concepto de naturaleza es también cultural. A esta denuncia se podría replicar, aceptándola desde un principio, que el hecho de que los nombres sean convencionales no significa que no nombren cosas. Pensar que el discurso antropológico es una especie de lenguaje universal y transcultural es una mala interpretación. La antropología no es un metalenguaje sino la constatación del hecho de que el hombre incardinado en una cultura y con un sistema de valores se pregunta por la condición de posibilidad de su constitución y sobre el sentido de sus manifestaciones. Como diría Dilthey: debemos rechazar la metafísica como un fruto que ya no tiene vigencia pero aceptar la conciencia metafísica, base que ha sustentado desde el inicio de nuestra civilización a la ciencia. Con esta ligera explicación no adentramos en la cuestión del significado cultural de la nutrición.

2. La nutrición en el ámbito cultural. Un intento de valoración omni-cultural

La idea de que compartir el alimento establece un vínculo de consanguinidad está presente en muchas tradiciones culturales y prácticas religiosas.

En Roma, para los vivos desatender la comida común en la que no podían participar los extraños podía ser causa de mayores males y de la enemistad de los antepasados. Luciano: desdichado el muerto que no dejó hijos porque no recibe las ofrendas y está expuesto a sufrir hambre perpetua. O el voto que pronunciaban los manes con mucha frecuencia:que nazcan de nuestra descendencia hijos numerosos que nos ofrezcan siempre arroz cocido con leche, miel y mateca pura. El alimento es el vínculo que sostiene la identidad con las genealogías y que pone a sus miembros en relación.

Entre los aztecas se consideraba que cada viviente estaba constituído por un "tonalli", una capacidad energética, cuyo significado es calor del sol, oresplandor. Dicha energía quedaba liberada con la muerte del individuo, de modo que podía ser utilizada en favor de los vivos. Ahí es donde aparecen los sacrificios humanos como una rara y macabra suerte de banquete y nutrición del "tonalli".

En el canibalismo como en expresiones afectivas como te comería!, subyace la sentida impresión de que no hay una unión más íntima que la que puede lograrse mediante la nutrición, porque en ella se consigue interiorizar lo que es exterior y hacerlo literalmente "huesos de nuestros huesos". PERO, desgraciadamente semejante unión sólo se consigue suprimiendo la diferencia.

La partición del pan establece una forma de comunidad. com-pañero= cum-panis, o en 1267, Concilio de Vienne, un cristiano no podía compartir mesa con un judío, u hoy, no ser invitado a la celebración de un banquete es un "no ser de los míos".

No hacer comunidad en las comidas es tanto como suspender la posibilidad del reconocimiento comunitario del individuo, la fundación de una unidad. (El beso es una metáfora nutritiva, los amantes se dan el uno al otro como alimento y llegan a ser uno).

+ Toda fundación de una nueva consanguinidad es una acción en la que se pone en liza toda la genealogía de los que concurren, y por eso esta acción traspasa los límites de la muerte y tiene inevitablemente un carácter religioso. (los banquetes que tienen especial significación, o las acciones que engendran hijos, el lugar donde los esposos son realmente consanguineos: con el amor a cuestas, dormidos y despiertos,/ seguiremos besándonos en el hijo profundo./ Besándonos tú y yo se besan nuestros muertos,/ se besan los primeros pobladores del mundo). SE PUEDE AFIRMAR que en la cama y en la mesa se juntan el cielo y la tierra porque se junta la genealogía del hombre, con sus vivos y difuntos.

No parece que el asunto de las comidas comunes pueda ser tan trivial porque, como ha dicho Simmel, compartir el alimento "suscita una enorme fuerza socializadora, que permite pasar por alto que en modo alguno se come y se bebe la misma porción, y que produce la representación primitiva de que con esto se elabora carne y sangre común".

+ Es cierto que las comidas comunes no son una constante entre los hombre de todas las épocas y todas las culturas, pero parecen ser una singularidad humana, casi excepcional entre las conductas animales en torno a la alimentación.

Para poder comer en común es preciso que la condición de competidores entre los comensales se mitigue; y que los ritmos biológicos de la alimentación se regularicen según una medida común (implica control sobre las necesidades, y que el alimento que se va a comer se diferencia condimentándolo). Tanto la elaboración como unidad de los ritmos biológicos refuerza la impresión de que se come "lo mismo", y es ahí donde probablemente se genera la inercia a seguir haciendo después algo que sea en cierto modo "lo mismo".

* Aristóteles. Las comidas comunes son actos fundacionales de la ciudad, porque quienes no son capaces de aunarse en la satisfacción de las necesidades de la vida, tampoco se someterán a la medida común de la ley. La incompartibilidad del alimento deja dispuestos a los individuos a afrontar una solidaridad más cabal: que se funde en bienes que sólo existen si se comparten. "Lo que constituye la casa y la ciudad es la comunidad de la palabra, para manifestar lo conveniente y lo dañoso, lo justo y lo injusto". Lo juesto y lo injusto según su propia medida y no por conveniencia.

Es cierto que la condimentación y la elaboración del alimento refuerzan la impresión de que los comensales comen todos ellos el mismo todo. Pero con ello no se puede alcanzar un justicia perfecta, porque el todo no puede estar sin defecto alguno en cada una de las porciones. Ahora bien, lo que el elimento no puede lo puede la palabra, porque ésta sí deja que cada uno de los comensales se haga con el todo de la porción que toca.

La palabra no sólo deja que el todo esté en cada porción, sino que se comparte siempre según un ritmo común que ya no es biológico: cuando el ritmo es exterior se puede llamar melodía y sirve para componer cánticos; cuando el ritmo y la medida son internos a la palabra misma se puede llamar logos y compone diálogos, conversaciones y saberes -filosofía-.

"La palabra, dice Gadamer, proporciona el reconocimiento en otros y el reconocerse con otros"; este es el sentido en que se puede decir que la palabra funda una consaguinidad. En la palabra que lo es realmente también están convocados nuestros vivos y difuntos. Sentido de los versos de Hölderlin que dibujan la humanidad como una conversación consigo misma y con lo divino: Desde entonces somos una conversación y podemos escucharnos unos a otros. Somos una conversación en la que no tenemos ni la primera ni la última palabra; somos actores de un guión cuya autoría alcanzamos a participar en alguna medida y según la forma de la conversación.

La cuestión podría quedarse aquí, dejando puesta la esperanza en la restitución de la comunión perfecta entre los hombre con la naturaleza y en la historia mediante la consanguinidad de la palabra. Pero lamentablemente no es este el caso, no desde Babel, porque allí la palabra tomó la forma incompartible del alimento fragmentándose en idiomas.

Podría pensarse que la forma de organización universal de la sociedad humana -reconocimiento universal- se podría lograr con una lengua prebabélica. Sin embargo no debemos ver la pluralidad de culturas y naciones como la pena consiguiente a un castigo. El relato de Noé demuestra lo contrario: distintas constumbres engendran distintos idiomas.

+ Es posible que Babel sea la trasposición cultural de un astillamiento que ocurrió en el seno mismo de la identidad del hombre y que otros muchos relatos cuentan como el efecto de una rebelión. El mito del andrógino, no coincidir ni siquiera con nosotros mismos astillados en nuestra propia identidad. Desde entonces unirse en un abrazo que funde los cuerpo o comer un mismo alimento son formas de recomponer en la medida de lo posible la unidad originaria de los hombres, la comunión perfecta del género humano y sobre todo de uno consigo mismo.

La constitución de una perfecta consanguinidad y comunión natural entre los hombre en la historia y mediante la palabra es tan problemática como mediante el alimento, incluso en el caso de que fuera posible que un mismo pan se hiciera alimento común y una sola lengua llegara a ser el idioma común; tampoco así se podría medir en simultaneidad un sólo ritmo.

* cuestionario

- ¿Por qué el relativismo cultural es una amenaza para la objetividad de la antropología como ciencia?

- Qué significa la frase: el hombre naturalmente es un animal simbólico.

- Explica el significado de la frase: La nutrición en el ámbito cultural establece un signo de consanguinidad.

- Afinidades y diferencias entre la nutrición biológica y la nutrición en las culturas.

- ¿Por qué la palabra supera a la función nutritiva?


* De H. MARÍN, El festín de la palabra, Nuestro Tiempo 473 (1993), pp. 114-25.

No hay comentarios:

Publicar un comentario